Día Mundial del Glaucoma.
El 12 de marzo se conmemora a nivel mundial el Día del glaucoma, con la finalidad de concientizar a la población sobre la importancia de tomar medidas preventivas para tratar de manera oportuna esta enfermedad que es la principal causa de ceguera en adultos mayores de 60 años.
El glaucoma es una enfermedad ocular en la que existe un daño progresivo del nervio óptico ocasionada por una elevación de la presión ocular.
Para entender mejor que es lo que ocasiona esta patología es importante conocer ¿cómo es que nuestro ojo ve? y ¿cuál es a función de cada una de sus partes?. Al exterior, lo que nosotros logramos observar son nuestros párpados, las pestañas, el iris o lo que nosotros conocemos como “el color de los ojos” el cual es una parte muy importante ya que regula la cantidad de luz que entra en nuestro ojo y lo hace a través de la pupila, que es la abertura negra en el centro del iris; pero nuestro ojo y el sentido de la visión va más allá, para que nosotros podamos percibir las imágenes, colores y formas, nuestro cuerpo hace una labor extraordinaria, primero el ojo recibe rayos de luz que entran a través de la córnea, que es en realidad la parte más externa, sin embargo, es una capa transparente que no percibimos, justo detrás de la córnea, un líquido llamado humor acuoso ayuda a que se enfoque la luz que percibimos para que después esta luz pase a través de la pupila y el cristalino y se envíen directo a la retina. La retina es un tejido sensible en donde a través del nervio óptico envía señales al cerebro para que esa luz sea interpretada como las imágenes, colores y formas que vemos. A grandes rasgos ese es el camino que las señales o rayos de luz recorren para que nuestro cerebro los transforme en imágenes. Cuando una parte involucrada en este proceso se encuentra dañada o no funcional nos puede ocasionar enfermedades como el glaucoma, cuya complicación mas severa puede ser la ceguera.
Como comentamos el humor acuoso es un líquido transparente que se produce continuamente para mantener la presión ocular sana y contante en nuestro ojo, además de nutrir y lubricar evitando la sequedad ocular. El ojo produce continuamente una pequeña cantidad de humor acuoso y a su vez se va drenando por un canal microscópico, es un ciclo constante y necesario para garantizar la buena visión.
Cuando este proceso se ve entorpecido la acumulación de humor acuoso aumenta la presión en el ojo y daña poco a poco el nervio óptico ya que se van afectando sus fibras nerviosas produciendo una lesión ya irreversible, dañando en menor o mayor cantidad nuestra capacidad de visión.
Existen 2 tipos principales de glaucoma:
Glaucoma crónico de ángulo abierto: es el tipo más común y se produce de manera gradual, ya que la causa es que el ojo no drena el líquido como debería, es decir tiene un mecanismo de drenaje “atascado”. Este tipo de glaucoma no es doloroso, sin embargo, al no causar síntomas o perdidas de la visión de manera aguda o repentina, puede no ser diagnosticado a tiempo, es conocido como el “ladrón silencioso de la visión”, va desarrollando puntos ciegos que lamentablemente son identificados en etapas ya muy avanzadas.
Glaucoma de ángulo cerrado: este tipo de glaucoma es ocasionado cuando el iris se encuentra muy cerca del ángulo de drenaje y lo bloquea completamente ocasionando que la presión ocular aumente de manera acelerada, lo que convierte a esta situación en una emergencia médica, ya que es vital ser atendido o se corre el riesgo de ceguera. Es de suma importancia que reconozcamos los síntomas de un evento agudo de glaucoma para poder brindar un tratamiento oportuno, entre los síntomas podemos encontrar los siguientes:
- Visión borrosa repentina.
- Visión en arcoíris o halos de luz.
- Enrojecimiento del ojo.
- Dolor intenso en el ojo o en la parte de la frente.
- Nausea y vomito.
Factores de riesgo.
Algunas personas corren mayor riesgo de adquirir esta afección, por ejemplo:
- Tener una edad mayor a 40 años.
- Antecedentes familiares de glaucoma.
- Pacientes con diabetes mellitus o hipertensión arterial.
- Se fumador.
- Tener diagnostico de miopía o hipermetropía.
- Tratamiento prolongado al sol.
- Uso prolongado de tratamiento con corticoesteroides.
Si bien, el envejecimiento es el factor de riesgo más importante, esta patología se puede adquirir a cualquier edad.
Como ya platicamos la complicación más grave de el glaucoma es la ceguera, por lo que su diagnóstico oportuno es vital, al no causar síntomas de advertencia temprana es importante realizarse exámenes visuales de manera regular que incluyan mediciones de la presión ocular y una historia clínica completa por el médico especialista en este campo, es decir un oftalmólogo.
En la Unidad de Especialidades Médica, Cirugía e Investigación Santa Fe, contamos con el servicio de oftalmología, quien te realizará una revisión integral para que detecte de manera oportuna el diagnostico de glaucoma y juntos puedan prevenir o retardar la perdida de tu visión. No lo dudes, atiéndete es nuestra responsabilidad evita perderte de los paisajes, colores, flores, el cielo y el rostro de los que más amas.